Tiempos de Guerra

Los primeros signos de luminosidad ya andan advirtiendo, junto con un frió penetrante, como solo hace en las aguas nórdicas de no se donde y del antártico de los hielos quebradizos, que el tiempo de las tardes calidas en la habitación opaca por cortinas semiabiertas, habían llegado a su fin.

¿Es que acaso el tiempo es un vestigio perdido que se aparece cuando quiere? Genial- me miro y digo.

Sin otra salida, mas que la de levantarse, lo haces y vas caminando por donde en tiempos de paz siempre pasas ¿entonces cual es el chiste?- me pregunto.

Pero de todos modos sabes que ser subyugado de algo ya tan conocido como el tiempo y la persona, lo aceptas, no porque te guste, no porque tengas conciencias, o moral; solo lo aceptas por el tan solo hecho de que en un mundo construido como ningún otro idiota lo pudo haber hecho mejor, si no te haces existente –a la manera impuesta claro- te mueres, sea como persona, sea como animal.

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Pero al diablo con todo, el maldito día ya da signos de vida y yo ya tengo que hacer las cosas que demanda el programa binario perpetuo. Entonces pongo mi sonrisa de ser humano trágico y mí vista de halcón hambriento y comienzo, otra vez, lo que siempre acostumbro a comenzar por estos comienzos: comenzar de nuevo.
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Música: SoundGarden - Applebite
Inspiración: primera clase

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