5.27.2007

El hombre que podía ver personas que no existían más

Se dio cuenta de su desapercibido don cuando perdió a su mujer.
“puedo ver mucha gente en esta sala, en los pasillos, en la recamara. Gente como uno, que viene de muchas partes, cargando la cruz de sus tormentos y de sus pesares, de lágrimas y de rencores melancólicos. Esa gente está ahí, mientras duermes, mientas vives. No los vez, no porque sean inexistentes, sino porque uno es el inexistente.
Este don no es un don, -rectificó, aquel hombre de saco marrón y de mirada nostálgica y risueña a la vez, al narrador- es una pesadilla conciente a la que llamo maldición.
Puedo ver a ese pariente tuyo entre muchos, una mujer agotada y destruida por la enfermedad; viste de blanco y está junto a ti, haciendo aura alrededor. Se dejó morir.”

“Cuando mi mujer murió, solo murió lo físico del asunto, pero no lo espiritual. Murieron nuestros besos y nuestra forma peculiar de amarnos, pero no murió la comunicación, porque aunque tan distante, la tengo tan aquí, que por momentos pienso que el muerto soy yo.”

La gente ve lo que quiere ver, o lo que una mente extraordinaria de creatividad pueda elaborar y sentir. En eso consiste el realismo psicológico, engañar al auditorio con una sutileza real de una mentira existente pero inexistente a la vez. (nesiko)
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Inspiración: la clase de teatro del sábado último.
Tema de apoyo: Biohazard Outbreak – Reprise
Historia: en la clase última, el profesor de teatro, con un leve acento argentino, explicaba algo del narcisismo y de un director de teatro uruguayo, que vino aquí a dar cátedra a los directores nacionales. De la nada y en emboscada soltó unos argumentos similares a los que utilizaban aquellos clarividentes del 50, solo que más actual. Lo que está en comillas es la recreación literal del asunto, el final es mi apreciación agnóstica o quizás atea.

5.08.2007

she´s...

Porque la humillación intelectual es el mejor fertilizante para la cultivación de una nutrida venganza intelectual.


Me jodes, me maltratas y haces de mi inteligencia un materialismo dialéctico que ya pasó de moda.
Eres jodida y exigente hasta el fanatismo; me tienes loco cuando me preguntas “¿entendiste?”
Hablas de Nietzsche porque sabes, y me retas a que practique con tigo mi retórica.

No te soporto por momentos, eres tan molestosa y chillona, tanto que da ganas de callarte o de coserte la boca, de lanzarte por ahí o de abandonarte por allá.

Me hablas en un ingles superior y se que te encanta saber que saber más que el resto es síntoma de superioridad y de ventaja en la escala del ego. Aunque tengas esa carita celestial de ser la niña buena del grupo, a mi no me engañas. Mentirosa lingüista corporal.

Porque la humillación intelectual es el mejor pretexto para atentar contra los principios éticos de uno; yo voy alterar mi orden por ti.

Te odio, pero se que en el fondo esa es mi manera de decirte que te quiero.

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Nota: este post está dedicado a una de las personas que más me ha inspirado a ser cada vez mejor (tarea que no va acabar nunca).
Me ayudó a la composición: NVNV – Limbo
Imagen: ?
Historia: la persona a quien cito en este post es una compañera de carpeta, en el centro de idiomas. Sabe mucho, y es de aquellas que se le puede sacar una buena charla. Solo que es media atolondrada, estresante, jodida y que más… si, linda.
El problema parte desde su sapiencia del idioma ingles hasta el inmenso contraste que genera con el resto del salón, incluido, por supuesto, yo. Claro que (y como lo suscito) eso me a servido como una especie de droga para esmerarme, ya saben ahora estoy en una competencia compulsiva de conocimientos, y no me iré hasta humillarla (subliminalmente) del asunto. Quiero mi justicia vestida de venganza.