Se dio cuenta de su desapercibido don cuando perdió a su mujer.
“puedo ver mucha gente en esta sala, en los pasillos, en la recamara. Gente como uno, que viene de muchas partes, cargando la cruz de sus tormentos y de sus pesares, de lágrimas y de rencores melancólicos. Esa gente está ahí, mientras duermes, mientas vives. No los vez, no porque sean inexistentes, sino porque uno es el inexistente.
Este don no es un don, -rectificó, aquel hombre de saco marrón y de mirada nostálgica y risueña a la vez, al narrador- es una pesadilla conciente a la que llamo maldición.
Puedo ver a ese pariente tuyo entre muchos, una mujer agotada y destruida por la enfermedad; viste de blanco y está junto a ti, haciendo aura alrededor. Se dejó morir.”
“Cuando mi mujer murió, solo murió lo físico del asunto, pero no lo espiritual. Murieron nuestros besos y nuestra forma peculiar de amarnos, pero no murió la comunicación, porque aunque tan distante, la tengo tan aquí, que por momentos pienso que el muerto soy yo.”
La gente ve lo que quiere ver, o lo que una mente extraordinaria de creatividad pueda elaborar y sentir. En eso consiste el realismo psicológico, engañar al auditorio con una sutileza real de una mentira existente pero inexistente a la vez. (nesiko)
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Inspiración: la clase de teatro del sábado último.
Tema de apoyo: Biohazard Outbreak – Reprise
Historia: en la clase última, el profesor de teatro, con un leve acento argentino, explicaba algo del narcisismo y de un director de teatro uruguayo, que vino aquí a dar cátedra a los directores nacionales. De la nada y en emboscada soltó unos argumentos similares a los que utilizaban aquellos clarividentes del 50, solo que más actual. Lo que está en comillas es la recreación literal del asunto, el final es mi apreciación agnóstica o quizás atea.
“puedo ver mucha gente en esta sala, en los pasillos, en la recamara. Gente como uno, que viene de muchas partes, cargando la cruz de sus tormentos y de sus pesares, de lágrimas y de rencores melancólicos. Esa gente está ahí, mientras duermes, mientas vives. No los vez, no porque sean inexistentes, sino porque uno es el inexistente.
Este don no es un don, -rectificó, aquel hombre de saco marrón y de mirada nostálgica y risueña a la vez, al narrador- es una pesadilla conciente a la que llamo maldición.
Puedo ver a ese pariente tuyo entre muchos, una mujer agotada y destruida por la enfermedad; viste de blanco y está junto a ti, haciendo aura alrededor. Se dejó morir.”
“Cuando mi mujer murió, solo murió lo físico del asunto, pero no lo espiritual. Murieron nuestros besos y nuestra forma peculiar de amarnos, pero no murió la comunicación, porque aunque tan distante, la tengo tan aquí, que por momentos pienso que el muerto soy yo.”
La gente ve lo que quiere ver, o lo que una mente extraordinaria de creatividad pueda elaborar y sentir. En eso consiste el realismo psicológico, engañar al auditorio con una sutileza real de una mentira existente pero inexistente a la vez. (nesiko)
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Inspiración: la clase de teatro del sábado último.
Tema de apoyo: Biohazard Outbreak – Reprise
Historia: en la clase última, el profesor de teatro, con un leve acento argentino, explicaba algo del narcisismo y de un director de teatro uruguayo, que vino aquí a dar cátedra a los directores nacionales. De la nada y en emboscada soltó unos argumentos similares a los que utilizaban aquellos clarividentes del 50, solo que más actual. Lo que está en comillas es la recreación literal del asunto, el final es mi apreciación agnóstica o quizás atea.