Los hombres solitarios van por ahí en busca de cosas que no sienten, y viven y se alimentan de la idea de hacerse un mundo aparte.
Divagan por el mundo, observando las cosas que llaman su atención, maravillándose de cosas simples y cayendo en depresión por cosas absurdas, absurdas que no lo son tanto.
Los hombres solitarios se hacen preguntas que van más allá de su poder para contestarlas y se ahogan y se asfixian por la incertidumbre y la duda eterna.
Sienten amor por las cosas, y sienten pavor por las mismas, dicen admirar las cosas que a la vez desprecian, lloran en silencio o sencillamente no lloran, mas por no saber llorar, que por no querer hacerlo.
Los hombres solitarios no entienden la ambición de los hombres, más si comprenden la nostálgica idea de ir a por una respuesta, ingrata y aterradora siquiera. Sienten que el dolor será su compañero fiel y que la felicidad es una buena intención que por momentos esporádicos sienten que les besa la boca.
Los hombres solitarios sonríen en un día gris, sonríen mientras el frío penetra lo más profundo de sus huesos, sonríen mientras le dice a nadie sus complicaciones, sonríen mientras alguien los escucha y no los entiende, sonríen cuando están acompañados y solos a la vez, sonríen mientras se están muriendo por dentro, sonríen mientras piensan en ser felices.
Los hombres solitarios nacieron solos, y morirán solos, con la idea firme de que en vida no supieron nada, más solo que fueron eso, hombres solitarios.
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Y también escuchan música. Ven en esta una vía alterna para olvidarse por un instante que algo los ultraja por dentro: placebo - space monkey.
Divagan por el mundo, observando las cosas que llaman su atención, maravillándose de cosas simples y cayendo en depresión por cosas absurdas, absurdas que no lo son tanto.
Los hombres solitarios se hacen preguntas que van más allá de su poder para contestarlas y se ahogan y se asfixian por la incertidumbre y la duda eterna.
Sienten amor por las cosas, y sienten pavor por las mismas, dicen admirar las cosas que a la vez desprecian, lloran en silencio o sencillamente no lloran, mas por no saber llorar, que por no querer hacerlo.
Los hombres solitarios no entienden la ambición de los hombres, más si comprenden la nostálgica idea de ir a por una respuesta, ingrata y aterradora siquiera. Sienten que el dolor será su compañero fiel y que la felicidad es una buena intención que por momentos esporádicos sienten que les besa la boca.
Los hombres solitarios sonríen en un día gris, sonríen mientras el frío penetra lo más profundo de sus huesos, sonríen mientras le dice a nadie sus complicaciones, sonríen mientras alguien los escucha y no los entiende, sonríen cuando están acompañados y solos a la vez, sonríen mientras se están muriendo por dentro, sonríen mientras piensan en ser felices.
Los hombres solitarios nacieron solos, y morirán solos, con la idea firme de que en vida no supieron nada, más solo que fueron eso, hombres solitarios.
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Y también escuchan música. Ven en esta una vía alterna para olvidarse por un instante que algo los ultraja por dentro: placebo - space monkey.
2 comments:
Sonrien y sonrien... hasta olvidar la verdadera risa.
Excelente , me encanto tu descripcion q aunq es algo apocaliptica es certera, vivo solo y muy alejado de mis seres queridos
me gustaria poderla referir en mi blog satanspride.space.live.com checalo
saludos
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