Cuando un ser nace, es una nueva historia que se puede desarrollar, que le puede dar un sentido a un cierto radio de población, si es que no es de una nación.
Cuando un ser ve por primera vez los rayos del sol, que no son mas que los focos de una sala de partos, o quizás ni siquiera eso, me es imposible no pensar que tipo de vida es la que está por comenzar.
¿Serás bueno o malo?
¿Qué serás?
¿Serás físico, de esos que crean cosas para una vida placida o de esos que crean armas de destrucción masiva?
¿Quizás seas un ingeniero civil al servicio de la gente que no tiene donde vivir, o quizás un maldito estafador de terrenos que no tenga piedad con los incautos?
¿O serás acaso un medico que esta dispuesto a dar la vida a cambio de una cura a una enfermedad maligna o simplemente serás un traficante de órganos?
Etc
Etc
Etc
En fin, podrías sen mil cosas, pero el hombre no está en la capacidad de vaticinar lo que se vendrá. Por eso yo no estoy de acuerdo con aquellos que dicen: “tu haces tu destino” cuando lo que verdaderamente hacemos es solo poner la flechita donde se supone uno quieres estar.
Es simple, es obvio, pero lo que me quita el sueño es que mañana va pasar algo…

…pero no se que es. ¿Vez?
Dejemos al bienaventurado en paz, que descanse mientras pueda, porque cuando comience la verdadera lucha, ya no habrá quien pare el reloj.
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*Esto fue producto de escuchar a alguien decir “el hombre hace su destino” mirando la imagen de un bebé
*imagen sacada del blog: blogs.ya.com/paratinicolas/